PUNTO DE ENCUENTRO

PUNTO DE ENCUENTRO

domingo, 22 de julio de 2012

Hector Mujica


Breves de Hector Mujica


Narrador y ensayista venezolano, nacido en Carora (en el municipio de Torres, perteneciente al estado de Lara) en 1927. Artista e intelectual destacado en el panorama cultural de Venezuela durante la segunda mitad del siglo XX, formó parte del grupo literario "Contrapunto".

         Tomamos el atrevimiento de reproducir este escrito que por sí solo habla de quien fue Héctor Mujica para Venezuela:

El Héctor al que hay que recordar

Texto de María Fernanda Mujica en honor a su padre, Héctor Mujica, tomado del portal de Centro de Investigación de la Comunicación – UCAB

Agradecemos que la Agencia Bolivariana de Noticias reimprima El Imperio de la Noticia, obra publicada por mi padre, Héctor Mujica, en 1967. Muchos acontecimientos han sucedido en cuarenta años de historia y aún más en los medios de comunicación con el auge de la tecnología web, que puede lograr hoy una comunicación más democrática y más participativa, un objetivo que siempre persiguió mi padre.

Agradecer, como escribimos al inicio, es reconocer. Y esa era una de las cualidades más importantes de mi papá. Reconocía en los otros sus cualidades aunque su pensamiento fuera diferente. Héctor Mujica fue generoso, no sólo con sus hijos, sus amigos y sus discípulos. Lo fue con sus contrincantes en la lucha política, aunque siempre discrepó con los militantes ortodoxos y dogmáticos.
Amaba a Venezuela y quería para ella: progreso, desarrollo, paz y seres bien formados; ya fuera con la sapiencia del campesino, del pescador o del letrado para que en conjunto se creara un país justo y con oportunidades para todos. Pero, Héctor, que fue estudioso y trabajador, le gustaba la gente que en criollo “le echara pichón”. A sus hijos e hijas siempre les exigió al máximo, pero a la vez le considerábamos un entrañable compañero y amigo. Con sus nietos disfrutaba enseñándoles una buena lectura, una buena película, sin importarle su origen, una buena comida, porque estimaba las cosas de calidad y las deseaba no sólo para los suyos sino para todos los venezolanos. Amaba a su Carora natal y a su vez a París, ciudad donde se doctoró en Filosofía y nació su primer y único hijo varón, Héctor Michel.
Amó los viajes, los idiomas, las diferentes culturas, la libertad. Estaba muy orgulloso de todos sus hijos, pero en mi caso, valoraba mucho el que trabajara con los jesuitas en Venezuela, entre quienes tuvo muchos amigos. Congenió con artistas y políticos nacionales e internacionales, siempre con un espíritu de gran amplitud y disposición de aprender de todos ellos. Tuvo grandes amigos entre sus opositores políticos. Fueron muchas las anécdotas, algunas de ellas curiosas como que Luis Herrera Campins le concedió la dispensa de entrar a Miraflores sin corbata. Siempre agradeció el gesto generoso del Presidente Carlos Andrés Pérez, en su segundo mandato, cuando los males lo aquejaban, y en una de sus tantas convalecencias en una clínica privada, sin pedirlo nadie, la cuenta fue cancelada por la Secretaría de la Presidencia de ese gobierno.
Perdonar, discrepar, conciliar eran palabras muy cercanas a Héctor Mujica; y esa actitud lo acompañó toda la vida. Recuerdo que le gustaban mucho los pájaros, los perros (siempre tuvimos uno en casa), la música clásica, la francesa, los golpes larenses. Amó el oficio periodístico, y en toda planilla burocrática escribía: “oficio: periodista”. Luchó para que la Asociación Venezolana de Periodistas se convirtiera en Colegio Nacional de Periodistas, del que fue su primer presidente. Y en torno a su candidatura se unieron copeyanos, adecos y comunistas. Porque para él, su gremio debía estar unido para luchar por la libertad de expresión cualquiera fuera el régimen de turno. Luchó contra la dictadura perezjimenista, y luego trabajando en El Nacional, él mismo solicitó ir a entrevistar a su verdugo porque sentía curiosidad por saber porque un ser humano es capaz de torturar y matar.
Soy su primera hija de su primer matrimonio y este es el recuerdo que tengo de mi padre, vuelvo y repito: generoso, conciliador, alegre, amante de su país, luchador, contrario a la mediocridad, amigo de sus amigos y respetuoso del adversario. Periodista antes que todo y humano en todos sus actos.
Estimo que así hubiera querido él que lo recordara esta generación de estudiantes de Comunicación Social y las que vendrán. Porque Héctor admiraba por igual a Clinton y a Gorbachov y a todos los venezolanos ilustres que han realzado a su amada Venezuela internacionalmente.
Valiente también lo fue. Viajó muchas veces a Corea del norte para lograr que liberaran al poeta Alí Lameda, de esa férrea dictadura del país asiático. Y muchos años después, supimos que ayudó a salir de Cuba a familias judías que querían vivir en Israel.
María Fernanda Mujica Ricardo
En Caracas, 14 de mayo de 2010



Pensamiento
            Haciendo un análisis exhaustivo de la incidencia de los grandes medios de comunicación -fundamentalmente de la televisión- en la conciencia de las nuevas generaciones, Héctor Mujica consideró que uno de los objetivos que persiguen las grandes empresas televisivas es el de adoctrinar en el conformismo político y en el consumo de mercancías a los jóvenes, quienes se muestran apáticos al ejercicio de la política y negándose a participar en los movimientos sociales que procuran “cambio de estructuras y la liberación definitiva del país”.

            Explicó  los mensajes de los medios de difusión masiva ejercen sus efectos: “(...) sobre el saber, es decir, en la educación y la cultura; en la órbita emocional, en la esfera psíquica profunda, en el comportamiento electoral y en las opiniones y actitudes, en la conducta personal y en la conducta social.”

            Mujica planteó a la libertad de prensa como eje fundamental para la democracia, su negación sólo puede estar al servicio de regímenes totalitarios. Considerando necesario que el Estado establezca mecanismos que regulen su ejercicio, aunque asentaba que la libertad de prensa plena es imposible, si de lo que se trata es de preservar el bien común.

            En este sentido, señaló que la libertad de prensa o de información, debe estar sometida a ciertas limitaciones. Pero dichas limitaciones son necesarias y deben estar formuladas por el Estado. Por ello declara que “(…) la libertad de prensa tiene un contenido, un carácter que se lo da el Estado, el gobierno o el grupo dirigente de la sociedad. Es difícil, por no ser más pesimista, soñar con una libertad de prensa total y absoluta. Cada sociedad se las arregla para inventar los medios de limitarla”. 
            Como una importante contribución al estudio del Periodismo y la Comunicación Social en general, publicó “El Imperio de la Noticia” y “Sociología Venezolana de la Comunicación”. En el primero hace un exhaustivo estudio de los problemas y técnicas del periodismo, su importancia a escala universal y la demostración de que la noticia es el centro del periodismo. En el segundo intenta una síntesis de las distintas posiciones que los teóricos de la comunicación social habían establecido en la época en que escribe. Y esboza un plan de trabajo para la aplicación de la metodología universal propuesta hasta entonces (1974) en la realidad venezolana..


Alguna biografía
“El Imperio de la Noticia” y “Sociología Venezolana de la Comunicación”, entre otras publicaciones efectuadas.




                                                                                            

No hay comentarios:

Publicar un comentario